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lunes, 10 de diciembre de 2012

Las vicisitudes de Antonio Pozzi, el “Preparador” del Museo Público de Buenos Aires (1866-1868)

2012.  Hugo P. Castello, MACN: en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara".

Los salarios de los empleados del Museo Público y posteriormente Museo Nacional fueron siempre bajos e incluso hasta nuestros días. Eso forzó durante el siglo XX a numerosos empleados del Museo a procurar segundos y terceros trabajos, para lo cual no cumplían con sus obligaciones horarias o realizaban tareas rentadas en los talleres del museo.
Esta costumbre se dio durante décadas, y en especial en los talleres de taxidermia del museo, lo que le permitía a los taxidermistas preparar cabezas de trofeos de caza para cazadores profesionales que deseaban exhibir sus trofeos en sus hogares o sus oficinas
Los bajos salarios que percibían los empleados subalternos a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, los movían a ganarse la vida dentro de la propia institución, vendiendo las piezas que preparaban durante sus horarios de trabajo al propio museo en el que trabajaban. (Casinos, 2009). Tanto Burmeister como Berg y posteriormente Ameghino disponían o solicitaban partidas presupuestarias extras para la adquisición de colecciones  de piezas de gran valor científico. Las autoridades del Museo, quizás para tenerlos contentos a sus mal pagos empleados adoptaron el criterio de comprarles esas piezas y de ese modo mejorarles parcialmente sus ingresos mensuales, lo cual no deja de ser una medida inadecuada y poco transparente, pero que a su vez refleja el abandono presupuestario del museo desde sus inicios.
En 1930 y en 1946 se produjeron dos reclamos muy fuertes de los empleados del Museo que tenían como eje central el tema de los salarios, las categorías salariales y los pagos “extras” que efectuaba la dirección del Museo, aparentemente en forma arbitraria.
El caso de  Antonio Pozzi y el de su hijo Santiago es uno de ellos y quizás el primero, que se habría de repetir a lo largo de las décadas en el Museo Público, y posteriormente cuando éste se convierte en Museo Nacional.
Si bien a solicitud de Burmeister el Ministro Avellaneda había incrementado no bien llegaron al país el salario de ambos Pozzi  a 1200 y 800 p.m.c. respectivamente (AHMACN No. 148)( (15/12/1866), Antonio Pozzi se atrevió a quejarse en una carta (1868) de dos carillas de extensión a Burmeister acerca de  los bajos salarios que percibían él y su hijo Santiago en el Museo, y del alto costo de vida en la ciudad de Buenos Aires, y en ella  expone los motivos por los que está obligado a solicitarle un aumento de salarios (ver Carta de Antonio Pozzi a Burmeister) (1).
A pesar de ambas cartas de los Pozzi, lamentablemente Burmeister dando una serie de explicaciones decide solicitarle al Ministro Nicolás Avellaneda (27/10/1868) que los despida de sus puestos, dos años después de que ambos ingresaran al Museo (AHMACN No. 207).
En una segunda extensa misiva  de Antonio y Santiago Pozzi a Burmeister éstos, sin saber que Burmeister ya había pedido la dimisión de ambos “se comprometen a trabajar con empeño en sus empleos y le ofrecen venderle al museo objetos de historia natural, sean fósiles o actuales, que caen en nuestro poder para la compra antes que sean ofrecidos a otra persona. Ofrecen al Señor Director la cola de un armadillo fósil “en nuestro poder” por el precio de mil pesos m/c.”, y en el caso del cazador, éste asume por escrito una serie de compromisos laborales (28/10/1868) (2).

La primera exposición privada de un fósil en Buenos Aires
Burmeister narra con lujo de detalle al Ministro, como Antonio Pozzi, antes que él lo despidiera en octubre de 1868, había logrado reunir los restos fósiles de un Megaterio y trabajando en su casa, a la que Burmeister concurrió en mas de una oportunidad, y Antonio juntando los huesos fósiles reales junto con otros que modelaba en yeso, decidió montar un  esqueleto completo de megaterio, y se lo ofreció en venta a Burmeister quien lo rechazó. por considerarlo caro y mal armado.
Ante esa circunstancia Antonio Pozzi se lo ofreció mas tarde a los propietarios del Salón de los SS. Fusoni *, quienes lo exhibieron al público en Junio de 1869,  logrando atraer la atención de la gente y de la prensa. A tal punto que el Ministro Malabar le envía una nota a Burmeister preguntándole si no seria conveniente comprar ese ejemplar, desconociendo que ya  el sabio alemán había descartado esa posibilidad por considerarlo inadecuado  (21/6/1869) (AHMACN No. 234).
Burmeister en una nota de respuesta al Ministro Superior de Gobierno acusa a Antonio Pozzi de haber montado una empresa en su casa y querer venderle a precio excesivo el megaterio. Lo que no dice Burmeister es qué actitud hubiera tomado él si el precio del esqueleto fósil hubiese sido más conveniente. (22/6/1869) (AHMACN No 235).
 Sin dudas este hecho se convierte en el detonante que impulsa a Burmeister  a dimitir a ambos Pozzi, sin poder evitar que ambos se quejen al ministro y la queja tome estado público.
Hasta donde se sabe, lo del local de Fussoni consistió en la primera exposición de un cuadrúpedo antediluviano fuera de la órbita pública. Al respecto, La República manifestaba:
"Es digno de verse el esqueleto de ese animal que está en exhibición en lo de Fussoni. Es el más completo que de su clase existe en el mundo, y está admirablemente armado. Creemos que el gobierno debe comprarlo para el Museo, para completar la valiosa colección de fósiles que hoy tiene ese establecimiento. El Megatherium, a que nos referimos, es notabilísimo, tanto por su tamaño gigantesco cuanto por la perfección con que está armado, y sería una lástima que perdiésemos un objeto tan precioso, pues su dueño, si el gobierno no lo compra, lo llevará a Europa, donde será apreciado justamente".

El despido de Antonio y Santiago Pozzi.
Burmeister se caracterizó a lo largo de sus tres décadas como Director del Museo de solicitar a los distintos ministros de Gobierno de la provincia que se sucedieron en el puesto, el despido de todos los preparadores y de numerosos porteros, que según él no trabajaban de acuerdo con lo estipulado por el Reglamento Administrativo del Museo o porque sus desempeños no eran adecuados. Hasta se dio el lujo de despedir al Dr. Carlos Berg, que se desempeñaba como “Inspector” del Museo  por haber aceptado un puesto de profesor en el Colegio Nacional, sin haberle solicitado permiso con anterioridad.
Los cargos levantados por Burmeister ante el Ministro Avellaneda contra Antonio Pozzi parecieran "a priore" ser correctas, no así las acusaciones contra el joven Santiago.
Sin embargo si se tiene en cuenta que existía en aquella época un oculto rechazo por parte de cierto sector de la comunidad científica y formal hacia los autodidactas y “aficionados” -que todavía se hace sentir hoy en determinadas ocasiones, se podría comprender la forma en que Burmeister juzgó a Antonio Pozzi y a su hijo.
Durante el período en que Ameghino empezó a ser conocido en el país, se encarnó también una rivalidad entre el Dr. Carlos Burmeister y Florentino Ameghino, a tal punto que el sabio alemán lo llamaba despectivamente “un humilde maestro de escuela”. (Chiarelli, 2006).
Creo, en este caso, que más allá de las necesidades personales (de las que Antonio tan clara y respetuosamente hace mención en su carta) las pasiones eran encendidas  de un lado y del otro (ejemplo de ello es una carta de Carlos Ameghino dirigida a Florentino con fecha 2 de marzo de 1892, donde con bastante enojo describe el comportamiento de Burmeister).
En la época en que se produjo el  incidente con los Pozzi, ya las ventas de fósiles pampeanos a los museos eran moneda corriente. Numerosos extranjeros extraían fósiles de los terrenos de la pampa e intentaban venderlos a los museos de Londres, Paris, Madrid y Milán.
Es más, Burmeister parece haber rechazado la compra del Megaterio armado por Antonio por una cuestión de costo y calidad del armado del esqueleto, y no por considerar improcedente que  quisiera vender la pieza para el museo. Uno puede pensar que si Antonio hubiera propuesto venderlo a un precio más razonable para Burmeister, tal vez Antonio hubiera conservado el empleo.
A su vez Ameghino vendió su primera colección de fósiles argentinos estando en París y Burmeister actuó de intermediario, en 1868, a pedido de la viuda de A. Bravard, para que el gobierno comprara su colección de fósiles, la cual luego fue adquirida e incorporada al Museo.
Sin dudas todos estos factores intervinieron también en la relación de Antonio con el Dr. Burmeister, y tuvieron un final que marcó definitivamente la vida de ambos, pero a su vez contribuyó a que Santiago al poco tiempo se acercara a Florentino Ameghino e iniciara una prestigiosa carrera como  "Preparador” en el Museo de Cs. Naturales de La Plata y con posterioridad retornara en 1903  al Museo de donde había sido expulsado.

Los contactos entre Antonio Pozzi y Florentino Ameghino
Casinos (2012) menciona el contenido de una carta en la que Antonio Pozzi le envía una nota al joven  Florentino Ameghino, constituyéndose así en uno de los primeros corresponsales del ilustre paleontólogo donde el primero, en 1/5/1872,  le informa haber recibido los cajones que Ameghino le envió, y además le solicita que le envíe los trocitos faltantes de un fósil de Luján que llegó en mal estado a su poder, y se ofrece a viajar personalmente hasta Mercedes o Lujan para enseñarle los procedimientos para recoger esqueletos fósiles. (Correspondencia de F. Ameghino no. 623, AHMACN).
Según Farro (2009) en esa época, Antonio Pozzi se relaciona con Ameghino, enseñándole las técnicas para la correcta extracción de restos fósiles sin que se dañaran y lo presenta al profesor Antonio Stoppani.
Nace así entre ellos una relación profesional o comercial que se complica, como veremos mas adelante cuando Florentino Ameghino le hace entrega de un esqueleto fósil de un humano procedente del arroyo Frías.
Mas tarde Carlos Florentino Ameghino en carta su hermano Florentino menciona en abril de 1888 que A. Pozzi había también  excavado en Monte Hermoso, de donde provienen numerosos fósiles estudiados por otros paleontólogos locales. También Casinos (2012) menciona que cuando Ameghino quiso vender una colección de fósiles pampeanos al “Museo Cívico di Storia  Naturale” de Milán, Italia, se encontró con la novedad que Antonio Pozzi había vendido en 1872 una colección de fósiles pampeanos al Profesor Emilio Cornalia Director del Museo Cívico de Milán en 7000 libras esterlinas. (Carta de Cornalia a Ameghino, OcyCC, Tomo XX, cartas No. 125 y 136: 101,102) (Farro, 2009).
Al mismo tiempo, tanto Antonio como Santiago Pozzi establecieron un pequeño comercio en la misma ciudad, dedicado a la provisión de especimenes preparados para  los museos del país y del extranjero y a “trabajos de fantasía tanto para señoras como para adornos de salón”, donde sobresalían los tocados para sombreros realizados con plumas de aves o los animales embalsamados, formando conjuntos que eran utilizados en la decoración de interiores (Farro, 2009).

El misterio del esqueleto humano fósil del Arroyo Frías  que se perdió
Uno de los casos más pintorescos de la relación entre Florentino Ameghino y Antonio Pozzi ocurrió con un esqueleto fósil humano excavado por el primero de ellos.
Florentino Ameghino había realizado excavaciones en la margen izquierda de  las barrancas del arroyo Frías, un pequeño curso de agua cerca de la ciudad de Mercedes, donde halló entre 2,5 y 3 m de profundidad dos esqueletos humanos recuperados durante distintos  momentos de excavación (1870 a 1874). Esto ocurrió cuando Florentino era aún muy joven, tenía 16 años.
Los esqueletos estaban aparentemente asociados con artefactos líticos, espículas de carbón, cáscaras de huevo de ñandú y huesos de especies vivientes y extintas (e.g., Hoplophorus Lund). El esqueleto humano mejor preservado y completo (que fue el que recuperó en 1870), fue identificado como un adulto de sexo femenino y se encontraba articulado en posición flexionada sobre su lado derecho.
El segundo esqueleto estaba representado por algunos pocos elementos y correspondía a un individuo más alto y robusto, probablemente un hombre adulto.
El esqueleto femenino (incluido su cráneo), recuperado en la excavación de 1870, fue vendido o cedido para la venta al año siguiente por Ameghino al ex preparador  del Museo Público, en ese momento un coleccionista, Antonio Pozzi, y éste a su vez lo donó o vendió (esto no está claro, véase Ameghino en Torcelli, 1935) en 1872, junto con una colección de fósiles pampeanos, al Museo Cívico di Storia Naturale de Milan, Italia (Farro, 2009) donde antes de 1868 él había trabajado como “taxidermista”.
Desde entonces el esqueleto está perdido y han sido infructuosos los intentos por   localizarlo (Hrdlička, 1912; Ameghino en Torcelli, 1935).

Bibliografía

Casinos, A. 2012: Un evolucionista en el Plata. Florentino Ameghino.Univ. Maimonides, Fundación de Historia Natural: 428 pp.
Chiarelli, P. 2006. Reseñas de la Patagonia. Andanzas, penurias y descubrimientos de dos pioneros de la ciencia”: 7, Editorial Continente, Bs. As.
Farro, M. 2009. La formación del Museo de la Plata. Coleccionistas, comerciantes, estudiosos y naturalistas viajeros a fines del siglo XIX. Prohistoria, Rosario, ediciones, 230 pp.
Hrdlicka, A.. 1912.. . Early in South America. Smithsonian Institution. Bureau of American Ehtnology, Bulletin 52, Washington, 405 pp.

Notas:

(1) (7/10/1868) (AHMACN No.206) Carta de Antonio Pozzi a Burmeister:  En una carta  de dos carillas Antonio Pozzi le explica  Burmeister que “...al realizar mi viaje a América, é sufrido el triste desencanto que han sufrido muchos Europeos. Soy como Ud. sabe Italiano y pertenezco a una familia que gosa de algunas comodidades en mi país, mas teniendo hijos y dominado por el destino en el hombre de mejorar de pocisión me trajo a este país acompañado de mi familia, para ocupar yo y mi hijo el honorable empleo que ocupamos al lado de V.Sa. El clima y lo abitantes de este hermoso suelo nos complació sobre manera pero bien pronto, me apersivi Señor Director, que la vida es terriblemente cara en este país, que nuestro salario es insuficiente, no solo para una existencia cómoda sino también para comer, yo mi esposa e hijos, nunca fue mi carácter andar mudando de ocupación, me resigné a mi destino, mi mujer y mis hijos acostumbrados a mejor trato comensaron a trabajar de día y de noche para alludarme, pero el trabajo de una mujer es nada, por lo que me vi en la necesidad de hechar mano a mi pequeño capital ganado en otra época a fuerza de economía, por fin reduje cuanto fue posible los gastos de familia, tome una pequeña casita bien lejos del centro de la ciudad y me resulvi a sufrir y callar asta que me fue posible. 

Mas de este modo no podia pasar largo tiempo, mi escaso capital tenia que concluir y ha concluido, para empezar el mal estado… en mi familia á disminuido, el salario, mi situación se hace cada dia mas dificil, veo con valor que hacerco a la ruina de un modo sufrido, el porbenir de mis queridos hijos y la idea de una grabe enfermedad me llenan el alma de amargura, por fin Señor no dudo que V.Sa. comprendera que con los dos mil pesos m/c, entre yo y mi hijo ganados no puede vivir en este país una familia como la mia, mucho mas cuanto me ha dicho Ud. que tiene mas de tres mil pesos de sus gastos mensuales, sin tener las atenciones que yo tengo, en mi país tenemos un proverbio que dice “la fruta madura se cae de su propio peso”. Esto es lo que me pasa y yo no puedo, muy a mi pesar, permanecer un día mas en silencio suplicando al Señor Director se digne en virtud de los espuesto, se dirija al Superior Gobierno para que nos aumente el sueldo Yo tenia la idea de presentar a Ud. esta súplica a fin de año, pero siendo mis necesidades muy urgentes y estando para cambiarse el gobierno, creo sea el momento, mas adecuado por si el Superior Gobierno, quiere, antes de renunciar, hacernos esta gracia que queremos.
 Con este motivo saluda a Ud.” Antonio Pozzi.
día 7 de octubre de 1868.

(2) David Lanata a Burmeister. Acerca de la donación de dos cajones conteniendo restos fósiles de un Megatherium e Informe de Burmeister al Ministro de Gobierno. Informa sobre la donación de una parte del esqueleto del Megaterio y que los huesos que faltan no han sido exhumados. Los aquí recibidos son mejores que aquellos  que ha exhibido el Sr. A. Pozzi, en muy mal estado y mal reconstruido en el salón de los SS. Fussoni. Burmeister solicita del gobierno unas palabras de agradecimiento al Sr. Lanata por este raro gesto. (16 y 17 de Agosto, 1868) (AHMACN  No. 237 y 238ª.)

(3)  (28/10/1868) (AHMACN No.209).

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Adolph Methfessel, el pintor suizo que trabajó para Burmeister y luego para el Museo de Cs.Naturales de la Plata

Hugo P. Castello, 2012.  MACN: en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara"

Adolph Methfesel (1835-1909), pintor, dibujante, arquitecto paisajista y litógrafo, nació en Suiza en 1836. En Suiza pintó numerosos cuadros, algunos de los cuales (acuarelas y oleos) integran la colección del Museo de Bellas Artes de  Berna, Suiza.
Cráneo de un Mastodon dibujado por Adolph Methfessel bajo la dirección de H.  Burmeister, durante su breve contrato que se inició en 1867 con fondos de la Sociedad Paleontológica de Buenos Aires, pero que recién fue publicado en el suplemento de "Los Caballos Fósiles ", 1889,(Lám XV, fig.1)
Hoy en dia está clasificado como el Stegomastodon platensis, el  gonfoterio más austral, típico de la Región Pampeana, Argentina, en especial en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Santiago del Estero. También está citado en Uruguay  y posiblemente esté presente en Paraguay .Los autores plantean dos posibles rutas migratorias ,una vía Chile y la otra por las planicies brasileñas, que seguiría el género Stegomastodon y que llegaría a su nivel más austral en las Pampas de Argentina. Ameghino y otros autores desconocen que Burmeister se ocupó de este género en 1889. .En el yacimiento de huellas fósiles de Pehuen-Có, Pcia, de Buenos Aires se pueden ver pisadas fósiles de mastodontes y otros mamíferos fósiles de 12000 años de antigüedad.
Los museos de Ciencias Naturales tanto de la Plata
al igual que el Público de Buenos Aires fueron centros de formación de científicos involucrados en la trama del proceso de construcción de la nación, pues desde estas llamadas «catedrales del saber» se diseñaron estrategias para la apropiación del territorio nacional a partir de los mapeados, descripciones zoológicas, botánicas, y geográficas, tareas realizadas por profesionales topógrafos, geógrafos, naturalistas y antropólogos, alineados con los métodos linneanos a las reglas de la razón que prescribían colectar, medir, contar, ordenar y clasificar los hechos observables.
En 1865 pintó su primera obra fechada, cuando llegó a Corrientes, en ella se aprecia un bote con la bandera suiza flameando en el mastil, quizás antes del inicio del conflicto internaciona






Portada del album Vues Pittoresques de la République Argentine XIV planches avec 36 figures, dessinées la plupart d'après nature et accompagnées de descriptions, (...). 1881. Paris. Paul - Émile Coni, F. Savy et Ed. Anton.

Methfessel en el Museo Publico de Buenos Aires
Methfessel había llegado al Plata  en 1864 y cuatro años después se  contactó con Hermann Burmeiste quien lo contrató como pintor con fondos de la Sociedad Paleontológica de Buenos Aires en Noviembre de 1867 « para ejecutar dibujos nuevos para los Anales » bajo su dirección en el Museo Publico de Buenos Aires con un salario de 500 $ mensuales (Burmeister, 1868).
De Methfessel se conocen algunos dibujos de fósiles publicados en los Anales, como por ejemplo, un cráneo de gliptodonte, Panochtus tuberculatus, publicado en « Los Gliptodontes del Museo Público de Buenos Aires  (fig. 8) en el que al pie de la lamina se puede leer, en latín, que Burmeister dirigió el trabajo y Methfessel lo pintó, y cuya litografñía fue realizada por la casa Schmidt de Berlín. Lo mismo ocurre con un  dibujo de un cráneo de Mastodonte en el « Suplemento de los caballos fósiles », de 1889 (lámina XV, fig. 1) (Burmeister, 1899).
Los diseños o dibujos de Methfessel al igual que los de Burmeister eran enviados por
barco o « paquete «  al litógrafo, Müller, sucesor de Loeillot de Berlín, quien interpretaba la acuarela o dibujo y por medio de un complicado proceso técnico la convertía en litografía. Durante varias décadas en Europa la reproducción litográfica reemplazó a las técnicas fotográficas que recién se comenzaba a utilizar en la Argentina en divulgación científica, pues para la obtención de una placa fotográfica de un paisaje era necesario llevar adelante complejos procesos técnico-químicos de difícil manipulación en los trabajos de campo y lejos de un laboratorio de la ciudad.
A veces se dibujaba en base a fotografías, ya que se consideraban de mayor jerarquía el óleo, las acuarelas, las aguadas y la tinta china.
Los diseños o dibujos de Burmeister y Methfessel fueron técnicamente hiperreralistas y muy apreciados en el ambiente científico de aquella época.  Las láminas impresas en Buenos Aires en base a esas litografías realizadas en Berlín eran de  trazo fino, a tal punto que los dibujos parecen fotografías.
No hemos encontrado registros acerca de por cuanto tiempo Methfessel trabajó  en la realización de las láminas para los Anales, algunas de ellas como la del cráneo de un mastodonte solo vieron la luz en 1889 y numerosos paisajes de nuestro pais recién fueron impresos como litografias en 1881.

Los Anales del Museo Nacional de Buenos Aires dirigidos por Burmeister, se dejaron de editar luego de cinco números, entre otros motivos, porque su director se sintió incapaz de seguir con el esfuerzo que significaba la reproducción de los dibujos, porque los litógrafos en Europa no interpretaban correctamente los dibujos que el enviaba y producían litografías que Burmeister rechazaba y debía solicitarlas de nuevo, lo que introducía enormes demoras en la edición de los Anales..


Methfessel encargado del diseño del Parque Tres de Febrero en Buenos Aires

Antes de entregar su mandato en 1874, Domingo Faustino Sarmiento propuso crear un parque natural dentro de la ciudad, y dos  años más tarde se estableció su ubicación dentro del Parque Tres de Febrero, sobre el antiguo predio denominado “San Benito de Palermo”, cercano a la quinta del Gral. Rosas..Fue contratado por el Presidente Sarmiento como diseñador paisajista para planifica el Jardín del Rosedal, en lo que habian sido terrenos del Gral.Rosas. Posteriormente Methfessel ganó junto con el arquitecto Carlos Bornel un concurso y Sin embargo y a pesar de haber ganado el concurso el proyecto fue descartado, probablemente por su alto costo, y se encomendaron los trabajos al ganador del segundo premio el arquitecto Jules Dorma


Profesor de dibujo en San Miguel de Tucumán

Methfessel fue un profesional polifacético, en 1865 ejerció la docencia en el Colegio Nacional de Tucumán y también en la Escuela Normal de Señotitas, cátedras a las que renunció en 1886 para viajar a Suiza y Alemania por unos meses para perfeccionarse en bellas artes y también por razones de salud. De este período quizás son sus acuarelascon paisajes de Tucumán.
En algún momento de su carrera realizó ilustracioones para diversas publicaciones de época.
Años de descanso en Córdoba.
Methfessel decidió tomar un descanso y pasó algunos años en Córdoba, recorriendo además parte del noroeste Argentino. Vuelto a Córdoba actuó como profesor de dibujo, dejándonos precisos documentos ilustrativos. Precisamente seis planchas que recrean vistas pintorescas de Mendoza, Corrientes y Tucumán formaron parte del “Atlas (“Vues pittoresques de la République Argentine”de la “Description Physique de la République Argentine” que Germán Burmeister publicó en 1881. (Ver Nota No.1)


La piedra movediza de Tandil, una de las primeras fotos de la famosa piedra que se cayó en 1912

Museo de Ciencias Naturales de La Plata.


En el Museo de La Plata, como naturalista viajero recorrió en expediciones a lo largo y ancho de nuestro país (Santa Cruz, Catamarca y Misiones), y documentó, pintando, desde el lago Buenos Aires (Santa Cruz) hasta el norte argentino.
No se sabe como se conocieron, quizas cuanto el Perito Moreno actuó como escribiente honorario de Burmeister en el Museo Publico. Pero con posterioridad el Perito Moreno ,en ese entonces director del Museo de Ciencias Naturales de La Plata lo contrató en 1889 como naturalista viajero y artista .
 
Adolph Methfessel (1836-1909): Publicación del Museo Nacional de Bellas Artes  (1984): 34 pag. sobre las obras  del pintor suizo,con 10 reproducciones a color y 15 en blanco y negro, de distintas pinacotecas.
.



Su primer viaje (1889-19891) fue junto con Herman Ten Kate al Valle de Santa María, Catamarca a la región de Andalgalá para estudiar y documentar las ruinas indígenas de la región, al retornar trajo consigo una valiosa colección arqueológica de unas 1400 piezas arqueológicas que hoy se guardan en el Museo de La Plata

junto con registros (Colección Methfessel). Los numerosos fósiles provenientes del paraje llamado « El bajo de Andalhuala” y áreas adyancentes del valle de Santa Maria fueron estudiados por Moreno & Mercerat (1891a, p. 223).
En 1892 acompañó al autodidacta, naturalista y arqueólogo Juan B. Ambrosetti a la Selva de Misiones, en el primero de los tres viajes que realizó a ese territorio agreste.
Sus obras forman parte del patrimonio artístico de dicho museo, en total son cincuenta y cuatro obras, y fueron recientemente  restauradas.
En esa condicion acompañó al naturalista Juan Ambrosetti quien recorrió el Alto Paraná en vapor, durante  una expedición a Misiones, cuyos paisajes dejó plasmado en bellísimas obras del noreste argentino-acuarelas y litografías con paisajes y escenas típicas argentinas- donde llegó a avistar los saltos del río Iguazú y bosquejó las Cataratas del Iguazú. Estos croquis se transformaron en dos enormes cuadros que hoy, restaurados, se exhiben en el Museo de La Plata: Cataratas del Iguazú (óleo: 75 x 175 cm.) y Saltos del Iguazú, (óleo: 198 x 275 cm.).

Algunas de sus obras fueron reproducidas en el libro de Urguel (1995), entre las que se encuentran obras de una belleza deslumbrante como el cuadro del Salto del Iguazú.
Los paisajes  de Methfessel en general eran pintados durante las expediciones. Dice Ambrosetti «más adelante llegamos a un remanso. Allí descansamos y tomamos mate mientras Methfessel se entretuvo en sacar un croquis del lugar en el álbum, que no queriéndolo confiar a nadie llevaba colgado, dentro de un saco de lona gruesa.» (Urgel,1995: 71). Dice Ambrosetti: “Ante su magnificencia, nos detuvimos a admirar el espectáculo, sobrecogidos por un delicioso pavor. Mientras tanto, Adolfo Methfessel, con una paciencia digna de un artista como él, hizo funcionar sus pinceles a despecho de una nube de jejenes que lo martirizaban sin cesar”.
La Guerra de la Triple Alianza (1865-1870)

Según mencionan algunos autores, durante la guerra de la Triple Alianza,  Methfessel pintó como testigo y acompañando a las tropas aliadas, realizó croquis de las batallas y bosquejó escenas de los combates entre los soldados y navíos de Argentina y Brasil con las tropas paraguayas, los cuales guardan un cierto parecido con los cuadros de Cándido López *** y se conservan en el Museo de Lujan, aunque se desconoce con exactitud en qué años viajó a la zona de combate.
El diario La Tribuna de la época por ejemplo, informó que el artista seguía al ejército y documentaba tanto en croquis como en ilustraciones las batallas y el paso de las tropas conjuntamente con los lugares y paisajes por donde se desarrollaban los acontecimientos. Esto lo convirtió prácticamente en un cronista de guerra, contándose alrededor de ochenta las obras relacionadas con aquel lamentable conflicto.
Muchos de sus bosquejos se convirtieron en ilustraciones del libro de  Alberto Amerlan Bosquejos de la Guerra del Paraguay, base luego de las litografías de Pelvilain de 1871, primer conjunto realizado una vez acabado el conflicto.

Se conocen también ilustraciones de Methfessel sobre la guerra de la Triple Alianza con textos en portugués, cuyos originales o litografias se conservan en la Fundación Biblioteca Nacional (FBN) de Brasil.

Del análisis de las obras depositadas en el Museo de Luján, es interesante destacar que sólo dos óleos fueron pintados entre los años 1865-1870, que corresponde al período que duró el conflicto. Las demás obras son acuarelas del período 1872-1873, cuando la guerra había finalizado y Estanislao Zeballos le encomendó ilustraciones de índole histórica para una obra que ilustrarían una proyectada obra documental sobre la contienda con el Paraguay, que nunca fue publicada. Es muy probable que haya pintado las acuarelas en base a bosquejos que obtuvo en el período de la guerra. Ambos recorrieron nuevamente los antiguos escenarios y Methfessel compuso varias aguadas y gouaches. Por razones que desconocemos la obra no se editó aunquelas aguadas  en su mayoría se conservan en el Complejo Museográfico Enrique Udaondo de la ciudad de Luján.

Los paisajes de Methfessel integran el acerbo de cuatro museos

Las siguientes instituciones que cuentan con acuarelas yu óloes de Methfessel son:  Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de Luján, Museo Fernández Blanco y Museo de Bellas artes de Berna, Suiza y colecciones privadas.
Una parte considerable de las pinturas de Methfessel se conservan (54) en el Museo de Ciencias Naturales de La Platas, donde trabajó varios años. Las pinturas referidas a la Guerra de la Triple Alianza se conservan en el Complejo Museográfico Enrique Udaondo de la ciudad de Luján, conocido como Museo de Luján, y un óleo en el Museo “Fernández Blanco”.
Lo curioso es que ochos paisajes de la selva Msionera se conservan en el Museo de Bellas Artes de Berna, y dos de ellos (1902 y 1906) fueron pintados cuando Methfessel ya no estaba radicado en Argentina. Por otro lado un número indeterminado de pinturas de este autor se conervan en pinacotecas privadas, lo que permite suponer que el vendió alguna de su obras a coleccionistas argentinos (Porcel, Criscuolo, Bonifacio del Carril, etc.) durante los años que residió en nuestro pais.

Cantidad y lista de obras de Methfessel de distintos museos de la Argentina y de Suiza exhibidas en el Museo Nacional de Bellas Artes exhibidas en 1984.

Obras pertenecientes al
Museo de Ciencias Naturales de La Plata
Total: 31 obras (acuarelas y oleos): 1886-1893, sólo dos antes de 1881.
Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, Luján, Pcia. de Bs. As.
Total: 21 obras (19 acuarelas):1872-73, y dos  óleos fechado 1865, y 1865- 1870                      
Museo de Arte Hispanoamericano “Isaac Fernández Blanco”
Total: 1 óleo: 1865-1870
Museo de Bellas Artes de Berna, Suiza (12) y colecciones privadas (18):
Total: 30 obras: 18 óleos, 11 acuarelas, 1 litografía: 1869 (1); 1870 (1) ,1892 (2), 1893 (1); 1902 (1), 1906 (2); sin fecha: 19; entre 1886-1896: 1.
Museo Histórico Nacional: litografias de Pelvilain

 
Selva de laureles en Tucumán (pintada antes de 1881) litografía de 25 x 44 cms. Al pie de imprenta a la derecha dice: A.Methfessel pinxit, a la izquierda:Litho Karl Muller, Berlín, plancha XIII, Fig. 31 del Atlas “Vues pittoresques de la République Argentine".Col . Mus. Cs. Nat. de La Plata .


Estampas de las regiones agrestes de nuestro país


Adolph Methfessel contribuyó con sus aguadas y oleos de paisajes a brindar las primeras estampas conocidas  de muchas regiones agrestes de Argentina, tanto junto con Burmeister como con Ambrosetti. Su obra es de valor documental-científico, ya que cumplió el rol que más tarde cumplirían más tarde los fotógrafos y documentalistas, pero a la vez tenía un valor artístico innegable
Entre los paisajes de Methfessel se cuentan vistas de lagos, ríos y sierras del entonces Territorio de Santa Cruz (1886-1893); y salinas, pucaras, sierras, lomas y ríos de Catamarca (1886-1889), sin mencionar los paisajes de la selva misionera (antes de 1881) publicados en el Atlas de Burmesiter (Vues pithoresques de la République Argentine) y muchos otros que pintó durante la expedición dirigida por Ambrosetti a Misiones.
 En 1984 como un reconocimiento a su obra, el Museo Nacional de Bellas Artes lo tuvo como eje principal de una publicitada muestra. (Ver tapa del folleto).
Otra colección importante de paisajes misioneros de Methfessel está depositada en el Museo  de Bellas Artes de la Berna, Suiza.

La exhibición de los libros y Atlas de Burmeister en ferias y exposiciones internacionales.

El gobierno argentino deseaba dar a conocer en el Hemisferio Norte los avances del país por lo que los libros de Burmeister fueron una "tarjeta de presentación” de la cultura argentina en Europa y EE.UU., en las que se exponían «los productos de la tierra» y al mismo tiempo se mostraba la historia de la cultura material de los museos. El Atlas formó parte de la Exposición Geográfica de Venecia en 1891 en la que Argentina fue premiada con una medalla de oro. Hoy las planchas impresas del Atlas se encuentran dispersas entre la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, el Museo Histórico Nacional, y la Biblioteca Nacional de Maestros. Además, Burmeister presentó en la exposición de París de 1889 Los caballos fósiles de la Pampa argentina, con las litografías de E. Leue realizadas sobre los dibujos paleontológicos de Methfessel. Los Atlas de Burmeister son extremadamente raros y existen muy pocos copias en el país, si tiraje fue muy reducido.

Methfessel en San Francisco, California

Contrariamente a lo que se afirma en distintas publicaciones, A. Methfessel no viajó de la Argentina para su Suiza natal. Aunque la información disponible en la Web es escasa Methfessel se sabe que habría trabajado como  ilustrador en San Francisco, California, y se habria   radicado en dicha ciudad a partir de 1899, donde se desempeñó como ilustrador del diario “San Francisco Examiner”, en la revista de Sunday Magazine junto con otros dibujantes y artistas como Jim Swinnerton, Gordon Ross, Grant Wallace, Annie Laurie y otros. En 1900 su nombre aparece en una lista de ilustradores de la revista “Hale´s Magazine” *de California.
 
Los saltos argentinos en el Río Iguazú (26,5 x 36,5 cms.). Colección particular

Methfessel en sus últimos años como profesional se dedicó a realizar ilustraciones para libros y periódicos, en Argentina, San Francisco y también en Brasil donde realizó bosquejos de las tropas brasileiras en la Guerra de la Triple Allianza. Portada del libro de Añberto  Amerlan, 1904. "Bosquejos de la Guerra del Paraguay", edición ilustrada por A. Methfessel.

El “Monitor  Barroso” de la marina imperial del Brasil, fue botado en 4/11/1865 en un Arsernal de Río de Janeiro y participó  en la Guerra de la Triple Alianza en aguas del Paraná, frente a la costa correntina. Participó en el bombardeo del  Fuerte de Curupayty, en el pasaje de Humaitá. y el  paso artillado de Angostura.  Fue representado por Methfessel en esta acuarela en 1870. Litografia de la colección del Museo de Luján. (foto de Histarmar).

"Cuartel de S. Exel. el General de B. Mitre en Tuyuti" Nombre de la institución: Museo Histórico Nacional. (Litografia de Pelvilian).

Bibliografía

Amerlan, A. 1904. Bosquejos de la guerra del Paraguay,edición ilustrada por A. Methfessel. Con un apéndice de la Memoria militar del general Bartolomé Mitre publicada en "La Nacion" de 22 y 23 de Septiembre de 1903.

Amigo, R. 2009. Imágenes en guerra: La Guerra del Paraguay y las tradiciones visuales en el Río de la Plata, en Internet: Nuevo Mundo (http://nuevomundo.revues.org/49702).

Anónimo. 2011. Adolfo Methfessel: un ilustrador de la Argentina. Revista Vida Silvestre 115 – abril junio 2011. Buenos Aires.  

Burmeister, H.1868. Actas de la Soc .Paleontol.Buenos Aires, pp: xxxix. Burmeister, H. 1889. Los caballos fósiles de la pampa argentina. Editorial: Buenos Aires: Impr. La Universidad, 1889.

Peñalver, E. J. 1984. Adolf Methfessel (1836-1909) Museo Nacional de Bellas Artes. Min. de Educ. y Just. Secretaría de Cultura. Buenos Aires: 34 pp.

Urguel, G. de. 1995. Arte en el Museo de la Plata : 95 pp, Fundación Museo de La Plata.

Hospital para atender a los heridos paraguayos en Villeta. Además de las mujeres y niños, hay que resaltar la desnudez y el hambre de todos. Methfessel (FBN) (Texto original en portugués).
 


Notas

No.1: “Vistas pintorescas de la República Argentina, la descripción física de la República Argentina Hermann Burmeister.

En el caso del álbum de Burmeister` “Vues pithoresques de la République Argentine” varias de las laminas fueron diseñada en base a fotos obtenidas por el fotógrafo francés
German Lavat.

Este  Atlas fue uno de los 3 que acompañó a la Descripción Física y contenía 14 planchas litográficas, con un total de 37 figuras (7 planchas con 21 grabados en sepia, y 7 planchas en colores con 16 grabados), todo ello en gran folio oblongo (54 x 70 cm.).
Este álbum de vistas de la Argentina contiene grabados con escenas de la arquitectura de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, vistas de bosques tucumanos, paisajes de Patagonia y Tierra del Fuego, Cuyo, etc.
Algunas de las acuarelas fueron de su autoría durante el viaje previo a través del territorio de nuestro país (1857-1860) , pero otros dos pintores contribuyeron en esta obra:  Adolph Goering, que lo  acompañó en parte de su recorrido en base a diseños  efectuados a campo, algunas fueron tomadas de fotografías de Labat, y otras del suizo Adolph Methfessel, que había trabajado previamente para Burmeister en el Museo Público.
Las planchas fueron ejecutadas en Berlín por C. H. Miller, sucesor de W. Loeillot. Cada diseño va acompañado de su descripción.
La imprenta seleccionada por Burmeister fue la de Paul Emile Coni, y la edición tuvo lugar en 1881. Sus distribuidores en Europa fueron: Paris: F. Savy; Halle: Ed. Anton, 1881.

No.2: Julio C. Pelvilain (1795-1871), litógrafo e impresor, quien tambien produjo las litografias de las obras de Juan León Palliere.

No.3: Cándido López pintó numerosos cuadros o paisajes de campamentos  militares o de escenas de combate que tuvieron gran aceptación en el público ya que les permitia acercarse al frente de guerra. Es así que a partir de algunos de los esbozos realizados entre 1865-1870, López pintó sus principales cuadros entre 1888 y 1901.

No .4: * En la “Hale´s Magazine” se publicaban artículos e lustraciones   de los mejores escritores del Oeste de EE.UU.

¡Viva la Legión militar! Una de las pocas imágenes en la que aparece un adolescente paraguayo combatiendo. Diseño de Methfessell (FBN) (Texto original en portugués). 

Muy buen tiempo y muy mal tiempo. La rutina del servicio de centinela y de los momentos de ocio en el campamento, (A la izquierda el soldado está tomando alcohol).Según testimonio de Methfessel, litografía de Pelvilain. (Texto original en portugués). Una de las pocas ilustraciones risueñas de esa guerra.